Este libro me desilusionó bastante.

Hay un par de puntos clave que hicieron que dejara de leerlo habiendo llegado aproximadamente al 80%.

Me costó muchísimo seguir la historia, que está contada con una complejidad, en mi opinión innecesaria y sin sentido, lo que hace la lectura tremendamente densa y lenta. El libro trata hechos científicos y de ciencia ficción, pero no por eso tiene que ser aburrido de leer. Leí varios de este género y ninguno fue tan desesperantemente aburrido.

No logré empatizar o entender a los personajes. La falta de profundidad a la hora de describirlos, el hecho de que todos sean un mero título en algún campo de las ciencias y no personas, hace que se despersonalice a los protagonistas y el lector (en mi caso) se sienta alejado.

Cada vez que lo leía no sentía esa avidez o ese encanto de un libro que te va atrapando; esto hacía que me costara muchísimo no perder la costumbre diaria de la lectura. No había nada que me atrapara; todo me parecía muy aburrido. Tuve que empujarme a mí mismo para pasar de la mitad de la historia esperando que se pusiera mejor, pero no sucedió. Llegó un momento en el que tuve que decidir dejarlo sin terminar y empezar a leer algo que me entretuviera más, porque estaba haciéndolo como algo obligado y no por el mero placer de leer.

Sinceramente, no entiendo el hype que hubo con este autor y con la saga. Es sabido que no todos los libros son para cualquier persona y que afortunadamente hay millones de cosas para leer, pero siento que puse demasiadas expectativas porque las reseñas eran todas positivas y el libro le gustaba a casi todo el mundo.

Seguramente tiene que ver con que no estoy acostumbrado a la literatura oriental y a su manera de contar las cosas, o que simplemente no era para mí.